Lucía Andrea Vinatea Barberena
Diseñadora, antropóloga y empresária de moda
Recientemente estuve en una tienda por departamentos con mi madre y mi tia. Estábamos tan concentradas mirando las ropas, probándose, que ni siquiera nos dimos cuenta que habíamos llegado al sector plus size. Escogimos una blusa de talla L (que es nuestra talla normalmente) y ya nos pareció raro que esta pareciera realmente grande.
Buscamos la M, nos probamos y aún así parecía seguir grande. Totalmente incrédulas, regresamos al colgador buscando una talla S y esta finalmente nos quedó cómoda, con los hombros en su lugar, el largo correcto y sin nada jaloneándose o ajustándose.
Si, estábamos en una tienda por departamentos que tenía una sección enterita y bien generosa de ropas para mujeres de tamaños más reales. Las maniquís no eran muy realistas (de repente por eso nuestra confusión) pero los patrones estaban muy bien hechos y los estampados muy bellos.
Confieso que salimos muy felices con nuestras compras, realizando muchos halagos a la dicha tienda. Sin embargo, no me demoré en realizar algunos cuestionamientos saludables en relación a la situación que habíamos acabado de vivenciar.


¿Plus size para quién?
No hay la menor sombra de dudas de que sentirse incluida por la moda es algo muy muy bueno. Somos muchas las mujeres que no vestimos 28 y que por mucho tiempo nos hemos ajustado dentro de ropas minúsculas o aún peor, hemos intentado una serie de dietas insanas que lógicamente no funcionaron.
Tim Gunn, de Project Runaway, cedió una entrevista a Huffington Post diciendo que la moda parece desaparecer cuando se habla de tamaños un poco mayores y que aún tiene mucha dificultad en hacer entender a los diseñadores que hacer ropas para mujeres grandes es un negócio necesario y a la vez lucrativo.
No me gusta pensar que una enorme parcela de la población necesite contentarse con una minúscula parcela de la producción de moda, con pequeños sectores y unas cuantas ropas de gusto dudoso. Me siento en la obligación de cuestionar la misma utilización del término plus size, porque si por un lado este término trae inclusión, simultaneamente delimita fronteras entre aquellos que “cabem” y aquellos que sobran. Citando a Melyssi Peres, del blog Modices:
«Todas merecen llegar a una tienda donde haya una vitrina increíble y encontrar un modelo que le sirva. No debería ser un desafío encontrar marcas que tengan una variedad de tallas y piezas que son bonitas, que son tendencia, que tienen estilo. Finalmente, todas las chicas compran ropas, e ¡imagine lo maravilloso que sería ver a las chicas de todos los tamaños con más posibilidades!»
Mis felicitaciones a la tienda por departamentos que fué mucho más generosa en su sector plus size y espero que, pronto, plus size no sea la excepción y si la regla. Y no necesitaremos más llamarlas a estas ropas de plus size: las llamaremos simplemente de ropas.


Fuentes de investigación: Blog Modices (www.modices.com.br).