El consumidor está cada vez más exigente, y es por esta razón que constantemente se desarrollan técnicas para dar un valor agregado a los productos textiles, a la vez de volverlos atractivos para el mercado de la moda. Los procesos de ennoblecimiento, en húmedo y en seco, son los responsables de las cualidades estéticas y funcionales de las telas. El proceso en húmedo comienza con el pre tratamiento, el cual prepara las telas para las etapas de blanqueo, teñido, estampado y acabados. Posteriormente, algunas telas pueden pasar por el proceso en seco. Las diferentes características de brillo, textura, suavidad al toque, color, etc. están dadas por las diferentes técnicas utilizadas en cada una de estas etapas que, dicho sea de paso, son cada vez más sofisticadas.
A pesar de que estos tratamientos otorgan propiedades muy deseables y novedosas a las telas o prendas de vestir, estas pueden interferir en el diseño y patronaje si los profesionales no las llevan en cuenta. Es muy importante que conozcan las peculiaridades de cada tela para garantizar un trabajo de calidad.
En el caso específico de modelos de ropa que pasarán por procesos de lavados, existen parámetros de encogimiento de las telas que deben ser llevados en consideración en el momento de diseñar los patrones. El índice de encogimiento es la diferencia entre las medidas de una prenda. Es fundamental compensar el porcentaje de encogimiento de cada tela durante el trazo de los patrones.
El porcentaje de encogimiento generalmente está especificado por el fabricante previniendo la posibilidad de que las prendas realizadas con dichas telas pasen por procesos de lavado. En caso de que el patronista no tenga acceso a esos datos, es necesario mandar recortes de la tela, con dimensiones determinadas, para el proceso de lavado. Posteriormente se hace la comparación de tamaños y se determina el índice de encogimiento.
Con estas informaciones, el patronista no solamente facilitará su trabajo sino que podrá compensar la diferencia de tamaño en el trazo de los prototipos evitando rehacer varias veces una prenda, así como lograr calidad impecable en las prendas de vestir.
Por Grazieli Pires
Professora do SENAI – Cianorte -PR
MBA em Design de Moda
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