Lucía Andrea Vinatea Barberena
Diseñadora, antropóloga y empresaria de moda
En el texto anterior hablamos sobre la teoría del Flow y sobre el estado mental en el que parecemos escapar del mundo por algunos instantes. Ahora hablaremos sobre cómo alcanzarlo.
Características del estado de Flow
Después de entrevistar muchas personas de diferentes culturas y niveles de educación (alpinistas, monjes, pastores…), el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi encontró algunos puntos en común en lo que se refiere a aquello que sería el estado de la teoría del Flow:
- Uno se encuentra completamente involucrado, enfocado y concentrado en lo que hace.
- Experiencia de éxtasis, de estar fuera de la realidad diaria.
- Se siente mayor clareza interna, pues se sabe lo que hay que hacer y se está seguro de que lo está haciendo bien.
- Uno sabe que tiene las habilidades suficientes para realizar la actividad, aunque esta sea desafiadora.
- Uno siente trascender los límites del ego, de forma serena y sin preocupaciones.
- Se deja la dimensión temporal: las horas parecen pasar como minutos.
- El estado de Flow acaba por ser tanto la motivación cuanto la recompensa de la actividad realizada.
Cómo alcanzarlo
En el gráfico que vemos abajo, el eje horizontal representa nuestro nivel de habilidades y el eje vertical nuestros desafíos. Cuánto mayor el desafío, proporcionalmente mayores son nuestras habilidades y por lo tanto mayor es la tendencia a alcanzar el estado de la teoría del Flow.
En general nos encontramos en el punto intermedio. Cada persona entra en estado de la teoría del Flow cuando hace lo que realmente le gusta, pero para eso se debe tener control y dominio de lo que se realiza, pues el exceso de desafío podría generar estrés o ansiedad.
Sumário
Los deportes son un buen ejemplo de actividades que proporcionan Flow. Aunque exista un esfuerzo y sean necesarias ciertas habilidades para realizarlo, la recompensa es inmediata, pues las endorfinas se encargan de brindar la sensación de bienestar.
Sin embargo, cuando la actividad es demasiado fácil, se entra en un estado de apatía. ¿A quién no le ha pasado que después de ver demasiada televisión ya nada le parece interesante?
La investigación de Mihaly indica que si somos pasivos, la probabilidad de alcanzar Flow es muy baja. Es como si el “estado estándar” del ser humano no fuera la felicidad. La felicidad se busca y se conquista con la cantidad precisa de esfuerzo y desafíos.
Un sentido para la vida: el significado
Mientras el “placer” es fugaz, la “gratificación” es algo que se gana, un acréscimo. Las actividades que promueven Flow son entendidas como algo que nos hace crecer y mejorar. En otras palabras, son actividades con significado, que puede ser literalmente cualquier cosa.
Si a alguien le gusta, por ejemplo, hacer esculturas con mondadientes, es porque eso le da significado a su vida. A otros les puede parecer pérdida de tiempo, pero para el escultor no tiene que existir un motivo lógico, simplemente es una actividad con la cual, sin percatarse, se puede pasar horas y horas.
Otro sentido para la vida: el propósito
El (feliz) estado de Flow parece consistir en un equilibrio entre un sentido de propósito (aquello que significa algo y que al realizarlo nos llevará al lugar que queremos) y el autoconocimiento (las habilidades que se cultivan para poder realizar aquello que nos gusta).
El propósito es algo tan poderoso, que le permitió sobrevivir a Viktor Frankl, un judío que, en una de las peores situaciones posibles mantuvo firme su sentido de propósito. Imaginó lo importante que sería poder dictar clases en una universidad, relatando las experiencias psicológicas del campo de concentración.
Espontaneidad y productividad
Estar feliz nos hace espontáneos y productivos. Si hacemos lo que amamos, el estado de Flow será mucho más recurrente en nuestro ambiente laboral. Para eso, los trabajos deben tener significado y propósito. Mihaly es optimista y vislumbra una sociedad altamente involucrada y apasionada por lo que hace.
Fuente de investigación: Arata Academy