Lucía Andrea Vinatea Barberena
Diseñadora, antropóloga y empresaria de moda
No es ninguna novedad saber que nuestra querida Latinoamérica tiene interminables riquezas culturales e intelectuales. Cuando hablamos de diseño de moda, seguramente no nos quedamos atrás, presentando algunos de los mejores diseñadores del sector. Nuestros países cuentan con excelentes profesionales que desarrollan los más variados (y valiosos) trabajos de diseño. Podríamos hacer una lista interminable con los nombres de las personas que están por tras de esto, pero para efectos de este texto, vamos a mencionar solo algunos de los mejores diseñadores, cuyas creaciones se han extendido a nivel industrial.
Ronaldo Fraga
El diseñador brasileño Ronaldo Fraga es muy reconocido en su país. Su trabajo es bastante peculiar. La prensa lo llama “diseñador poeta político”. Tiene una marca propia, que lleva su nombre, pero también firma colecciones para grandes marcas como O Boticário, Malwee, L’Occitane y Chilli Beans.
En sus desfiles, Ronaldo se dedica a mostrar la identidad cultural brasileña, así como a enaltecer personajes importantes de su país. Su lenguaje es bastante político y provoca la discusión respecto de temas de gran importancia para la sociedad brasileña. Ronaldo es conocido también por ser un profesional cuyos proyectos y acciones buscan reducir la distancia que existe entre el trabajo artesanal y la industria.
Puedes acceder aquí a su blog.

Ana Maria Guiulfo
Ana Maria Guiulfo es una diseñadora peruana de mucho prestigio. En realidad estudió administración de empresas, pero su pasión por el arte fue más fuerte. Ana empezó a pintar todo aquello que podía: cojines, carteras, telas y muchas otras prendas.
Si bien es cierto que muchas de las telas usadas en sus desfiles son pintadas a mano, Ana actualmente trabaja con Photoshop, Illustrator y estampado industrial: “(…) el sublimado, que me permite llegar a otros puntos de venta y ser más comercial”, así declara la diseñadora en entrevista para Caras de la Información.
Sus creaciones tienen la elegancia europea fusionada con los colores y la identidad peruanos. Como resultado tenemos prendas para una mujer cosmopolita y segura de sí misma. Como la diseñadora comenta en una entrevista para la revista Cosas, “Si llevas un escote bien pronunciado, es obvio que la gente te va a mirar, pero si llevas algo diferente harás a los demás pensar”. Según ella, 50 % lo hace el diseño y 50% lo hace la actitud de la persona que lo lleva.
Puedes acceder a su página web por aquí.

Hernán Zajar
Hernán Zajar es lo que se podría llamarse de diseñador completo – por eso él aparece en ese listado de los mejores diseñadores latinoamericanos. Ha incursionado en un sinfín de rubros. Ha vestido celebridades, ha realizado vestuario para cine, teatro y televisión; ha diseñado zapatos y accesorios femeninos. También es muy reconocido en el mundo de los uniformes (los ha desarrollado para hoteles, por ejemplo); tiene una línea de hogar y, lógico, mantiene su línea Pret à Porter, en la calle 64 nº3-41 de Bogotá.
El sello personal de Hernán es la utilización divertida y poco convencional del color y la textura con la alegría caribeña. Trabaja fusionando diferentes técnicas artesanales y referencias folclóricas con las tendencias contemporáneas de moda. Es sin duda uno de los nombres más fuertes y reconocidos de la moda colombiana.

Roberto Piazza
Roberto Piazza es un diseñador, actor, cantante y escritor argentino. Su carrera empezó en los años 1980 y desde entonces ha ocupado un lugar privilegiado en la moda argentina. Sus primeros diseños, que los llamaba “Gitano Look”, los hizo en la ciudad de Santa Fe, aunque su taller de alta costura fue abierto en Buenos Aires, ciudad donde su carrera se consolidó.
Trabaja también con Pret à Porter, hecho que lo aproxima de la industria — además de haber fundado un instituto de enseñanza de diseño de moda que cuenta con 18 sucursales en Argentina.
El pasado de Roberto, uno de los mejores diseñadores de América Latina, es triste: fue abusado sexualmente cuando niño. Esto lo llevó a actuar políticamente para aprobar una ley para que los menores abusados, ya mayores, puedan denunciar a sus abusadores, sin importar el tiempo que haya pasado. En 2008 publicó su autobiografía, llamada “Corte y Confesión”, en la que habla sobre su carrera de moda y sobre su infancia interrumpida.
