Lucía Andrea Vinatea Barberena
Diseñadora, antropóloga y empresaria de moda
Existen dos tipos de marcas: aquellas que no tienen emociones y las marcas que son emocionales. Las primeras imponen su identidad empresarial, mientras que las segundas crean una relación única y humana con sus clientes, incluyendo misterio, sensualidad e intimidad. Las personas, cada vez más, buscan las marcas emocionales, lo más humanas posibles.
Personalidad
“Ser” humano implica tener personalidad, y con la personalidad vienen las emociones. Una marca, para tener personalidad (y emociones), debe tener un “código genético”, una metáfora al ADN de las personas de carne y hueso, que contenga todas las informaciones de sus características físicas, tendencias o hasta mismo actitudes.
Es decir, una marca innovadora no debe solamente parecerlo, debe de hecho serlo. Las características centrales para la relación con los clientes deben de haber nacido con la marca; es decir, en su ADN.
El ADN de la marca debe abarcar todo: el logotipo, la comunicación, las acciones, productos, atendimiento, entre tantos otros aspectos. Cuanto más claras estén esas características en el momento de crear la marca, más coherentes serán para el cliente.
Sumário
¿Cómo empezar?
Hay tres “cuestiones” que se deben tener en cuenta al crear una marca y definir su ADN: la misión y los valores, y, el público objetivo y la identidad visual. No está por demás decir que los tres sectores deben hablar el mismo idioma para garantizar su coherencia.
Misión y valores
La misión de una marca se refiere a su objetivo final, aquello que anhela que sus clientes alcancen por intermedio de sus productos o servicios. Por ejemplo, una marca de ropas deportivas puede tener como misión que las personas practiquen más ejercicios.
Los valores representan el medio por el cual la marca va a realizar su objetivo o misión. Son las actitudes, las estrategias de marketing e incluso la selección del equipo de trabajadores.
Público objetivo
Hay que saber quién es nuestro cliente y conocerlo de verdad: dónde vive, qué hace, que le gusta, cuáles son sus sueños y ambiciones. En esta etapa del proceso se recomienda deshacer estereotipos y no ahorrar en la investigación de mercado. Después de conocer profundamente al cliente, recién se puede planificar debidamente el ADN de la marca.
Es importante conocer también a los proveedores y a toda la cadena productiva. Ellos serán igualmente cruciales para esa planificación.
Identidad visual
La identidad visual es un conjunto de elementos visuales que representan a una marca: logotipo, colores, tipografías, embalajes, etc. (la lista es infinita). Lo que realmente importa en esta etapa es que todos los elementos transmitan, de manera uniforme, el mensaje que se quiere comunicar.
Fuente de investigación: Studio Design (studiodesign.com.br).