La moda es una industria que da ocupación a una gama amplia y variada de profesionales, cuyas actividades se entrelazan en una red dinámica y compleja de interacciones, complementándose para el logro de resultados. El negocio de la moda demanda expertos actualizados, bien informados, dinámicos y con ideas claras sobre el proceso de producción de prendas.
Con mucha frecuencia, encontramos en la moda y la confección profesionales especializados en determinadas áreas, competentes y respetados, pero que no siempre están empapados en las etapas y actividades que ocurren antes y después de lo que directamente les corresponde atender. En muchos casos ignoran que el desconocimiento de lo que antecede o sigue en el proceso puede llegar a comprometer seriamente los resultados.
Ejemplos de lo anterior son los diseñadores que no están familiarizados con el patronaje. Para estos profesionales es fundamental conocerlo bien si quieren ampliar los alcances y posibilidades de sus creaciones evitando inviabilidades técnicas, como cuando un diseñador proyecta cortes o efectos que son imposibles de realizar o modelos que ocasionan procesos tan complejos que al final resultan demasiado costosos.
Diseño de moda y patronaje
Saber de patronaje conlleva conocer a fondo los materiales y sus características. Implica además dominio de la ergonomía, fisiología y comportamiento del cuerpo humano. Por último, exige una comprensión amplia de los usuarios finales: biotipos, necesidades y preferencias.
El diseñador que entiende todo esto puede proponer más efectos, crear nuevas formas y encontrar soluciones innovadoras, evitando, al mismo tiempo, el retrabajo y favoreciendo la fluidez y rentabilidad del proceso de creación. Al final, todo lo anterior se reflejará positivamente en la experiencia del cliente y en su percepción de valor en relación con el producto.
De hecho, hay quienes utilizan técnicas de patronaje para dar rienda suelta a su creatividad. La más conocida es la construcción de prendas sobre un maniquí de moulage que se conoce como patronaje tridimensional. Por medio de esta técnica, el diseñador puede ver el efecto, experimentar y construir la prenda de acuerdo con aquello que había proyectado, todo en tiempo real. Esta técnica se utiliza predominantemente para producción de pequeña escala, como moda de fiesta o prendas conceptuales; no obstante, puede automatizarse y aplicarse a otras finalidades y modelos de ropa, así como a otros volúmenes de producción.
La moda es cada día más un terreno de experimentación y búsqueda; la disponibilidad de medios para llevarlas a cabo determina el éxito y la competencia de los profesionales involucrados y por tanto de sus empresas. A pesar de las restricciones que imponen la rapidez y agilidad que definen la producción hoy día, un buen profesional siempre busca soluciones que agreguen valor a su trabajo, como el patronaje aquí descrito y el patronaje en computadora.
Patronaje en la industria de la moda
La moda es un área que abarca un variado plantel de profesionales. Las actividades que cada uno realiza no son aisladas o independientes una de las otras, por el contrario, están en interacción todo el tiempo y se complementan en la construcción de resultados. Trabajar con moda exige que seas un profesional dinámico, muy bien informado y con una buena noción sobre todas las etapas del proceso de producción indumentaria.
Es bastante común encontrar profesionales especializados en determinadas áreas, muy competentes y respetados. Pero algo comúnmente ignorado y que los volvería más competentes aún, sería el dominio de las actividades de las etapas que anteceden y proceden a su propia actividad. Estos profesionales comprenden que desconocer lo que puede venir antes o después, puede comprometer significativamente los resultados.
Un ejemplo de esa competencia son los diseñadores que dominan o tienen nociones sobre patronaje. Para este profesional es fundamental tener ese conocimiento puesto que puede ampliar la dimensión y posibilidades de sus creaciones evitando inviabilidades técnicas – por ejemplo, cuando un diseñador proyecta cortes o efectos que son imposibles de reproducirlos físicamente o modelos que ocasionan procesos muy trabajosos que terminan siendo muy costosos.
Saber patronaje implica conocer a fondo los materiales y sus características. Remite directamente a una comprensión ergonómica, fisiológica y comportamental del cuerpo humano. Y, por último, exige una comprensión amplia sobre el usuario final, biotipo, necesidades y preferencias.
El diseñador que entiende todo esto, consigue buscar más efectos, crear nuevas formas y soluciones, evitando, al mismo tiempo, retrabajo y favoreciendo la fluidez del proceso de creación, pues, todo esto, implica directamente en el confort del usuario y su percepción de valor en relación al producto.
Muchos profesionales del área de creación, utilizan las técnicas de patronaje para dar rienda a su creatividad. La más conocida es la construcción de prendas sobre un maniquí de moulage que es lo que llamamos de patronaje tridimensional. Por medio de esta técnica, el diseñador puede ver el efecto, experimentar y construir la prenda de acuerdo a aquello que tenía proyectado y todo este proceso en tiempo real. Esta técnica es utilizada mayormente para producción de menor escala, como moda de fiesta o prendas conceptuales. No obstante, puede ser aplicada para otras finalidades e modelos de ropa.
La moda permite experimentar bastante y buscar los medios para llevarlas a cabo, delimita el éxito y la competencia de los profesionales. A pesar de que la industria muchas veces impide experimentar más a fondo las posibilidades que la moda brinda debido a la rapidez y agilidad exigida para producir, un buen profesional siempre busca soluciones que agreguen valor a su trabajo. Esta es apenas una de las estrategias utilizadas por el personal creativo. Diversas otras se encuentran disponibles como, por ejemplo, el patronaje en computadora.