Lucía Andrea Vinatea Barberena
Diseñadora, antropóloga y empresaria de moda
Todos posiblemente hemos oído hablar de las 4Ps del marketing: producto, plaza (lugar), precio y promoción. Pero resulta que el consumo es un fenómeno mucho más complejo que no podría ser reducido a tan solamente esos cuatro parámetros.
¿No sería mejor pensar en otros significados para las Ps? ¿Que tal personas, planos culturales y proyectos? Tal vez esas palabras nos recuerden que los consumidores son personas que reflexionan, toman decisiones y sobre todo, que poseen poder para escoger.
Ante ese cuestionamiento, la antropóloga brasileña Hilaine Yaccoub sugiere que en vez de llamar al cliente “consumidor”, pasemos a decirle “usuario”.
Por consumidor, se entiende a alguien pasivo y desprovisto de sentido crítico o poder de escoger. Sin embargo, el usuario es aquel que aparenta conformidad con las estrategias de la empresa, pero en realidad usa, manipula y adapta un bien o servicio en su favor.
Ese parece ser el nuevo paradigma de consumo: se abandona la pasividad del consumidor y se reconoce el poder del usuario.
Hilaine nos presenta el caso de una empresa de abastecimiento eléctrico que tiene como gran desafío cohibir las instalaciones ilegales de electricidad. En su opinión, es necesario un mejor acercamiento entre la empresa y los usuarios, para que ambos lados puedan cooperar.
Lo más importante es entender que empresa y usuario no necesitan vivir una relación de guerra: los dos pueden ser aliados en una ecuación donde todos salen ganando.
Mientras la empresa puede obtener ganancias, mantener sus empleados y expandir sus negocios, el usuario puede beneficiarse de un producto o servicio que haga a su vida más fácil.
Para que se establezca esta nueva relación entre la empresa y el usuario, la empresa debe conocerlo perfectamente bien, saber qué es lo que necesita y sobre todo qué es lo que quiere. Solamente así podrán ser ofrecidos productos y servicios que traigan beneficios reales a la sociedad.