
28/03/2019

Design Thinking en la educación: la creatividad como inicio, medio y fin (Design Thinking 3/3)
Lucía Andrea Vinatea Barberena
Diseñadora, antropóloga y empresaria de moda
Como ya hablamos anteriormente, el Design Thinking es una versátil herramienta que ayuda a solucionar diversos problemas de mercado. Sin embargo, el alcance puede ser más extenso todavía, gracias a su enfoque creativo.
El pensamiento abductivo (reportarse al primer texto de esta trilogía) no es exclusividad de los diseñadores — así y todo, estos profesionales lo mantuvieron activo y por eso se les llama “creativos”.
Todos los seres humanos, en realidad, somos Design Thinkers, y fue justamente esa característica que permitió el desarrollo material de nuestras civilizaciones.

Cultura material (cerámica precolombina). Fuente: ceramicanativa.blogspot.com
Observar el mundo y generar nuevas soluciones (abductivamente) es una habilidad colectiva humana. Pero ¿porque recién ahora parece requerir un talento excepcional? Una explicación plausible podría referirse a nuestros actuales modelos educativos.
Pese a que el panorama (felizmente) está cambiando, durante bastante tiempo, nuestras escuelas priorizaron el pensamiento lógico y exacto en menoscabo de la creatividad.
Nuestra capacidad de pensamiento abductivo fue asfixiada y solo unos pocos lograron “sobrevivir” (y tal vez, buscaron carreras creativas posteriormente).

Los creativos. Fuente: supercurioso.com
Fue justamente pensando en eso que algunas escuelas emplearon el Design Thinking para crear espacios educativos donde el pensamiento abductivo pudiera estar presente, resultando en alumnos creativos y, sobre todo, motivados.
Toda la experiencia educativa tiene que ser rediseñada para capturar la atención y motivación de los niños y jóvenes — y, por qué no, ¡crear un impacto positivo que traspase los muros de la escuela!
Case Global Minimun (GMin)
En África subsahariana, 43 % de la población es menor de 15 años y tiene poca perspectiva de futuro, pues las únicas oportunidades se concentran en la agricultura y extracción de recursos naturales.
En Sierra Leona, aproximadamente 70% de los jóvenes están desempleados: según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2016), esta podría ser una de las causas del conflicto civil en el país.
Con intención de mejorar las estadísticas de su país natal, David Sengeh vislumbró en el Design Thinking una manera de cambiar los rumbos de África, capacitando a los jóvenes para enfrentar los problemas de sus propias comunidades.
En la ONG internacional Global Minimum (GMin), los jóvenes de secundaria reciben fondos de orientación y prototipación para generar soluciones como: combustibles domésticos, sistemas de eliminación de residuos y estaciones de radio comunitaria, ¡con la posterior posibilidad de implantación!

Estudiantes de Global Minimun (GMin). Fuente: gmin.org
El Design Thinking comprueba ser una herramienta para el inicio, medio y fin de la educación: pensar nuevas escuelas, con métodos de aprendizaje más creativos, en sociedades que favorezcan al pensamiento abductivo.
Hay que tener en cuenta que esos valores ya fueron sugeridos en el siglo XX por educadores como Maria Montessori y Paulo Freire, y que el Design Thinking hace con que esos ideales se aproximen cada vez más de la realidad.
No quedan dudas que el Design Thinking es una herramienta verdaderamente versátil.

Materiales de escuela Montessori. Fuente: bigmae.com
Tuve un profesor que, una vez, lanzó la siguiente pregunta (se las dejo como reflexión):
¿Qué pasaría si la escuela fuera un lugar tan divertido como un parque temático (Disney World, por ejemplo)? ¿Qué impacto eso podría tener en la educación?
¡Vaya ejercicio de Design Thinking!
Fuentes de Investigación: Escola Design Thinking y libro “Design Thinking: Inovação em Negócios” (2018).
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